Béjar, a 20 de mayo de 2024
Los vecinos de La Garganta celebran una de las romerías más antiguas de España, para ello tienen que cruzas caminos y montañas, e incluso un límite provincial, el de Salamanca, para llegar a la ermita de su patrona, la Virgen del Castañar.
Un año más y como marca la tradición, Los Paporros celebraron su Lunes de Pentecostés en El Castañar de Béjar, una romería que nace en 1446 y conmemora el hallazgo de la Virgen del Castañar encontrada por los pastores naturales de La Garganta, Joaquín e Isabel, que horas antes recibieron la aparición de la Virgen.
Fray Francisco Yagüe, en su libro Historia de la Imagen de Nuestra Señora del Castañar, cuenta que en el año 1446 la aparición en los monte de Béjar a Joaquín López e Isabel Sánchez, su esposa, naturales de La Garganta, tras una serie de actos y apariciones, describe el fraile, descubrieron la talla de la imagen a los pies de un gran castaño que en varias ocasiones había servido de refugio para los animales del matrimonio.
La festividad comienza temprano preparando los caballos, los coches, las comidas, las viandas…, un sinfín de actos que algunos de ellos se están perdiendo o se han perdido ya con el paso del tiempo. Tras unas dos horas a caballo por las agreste montañas que unen La Garganta con El Castañar de Béjar, los Paporros llegan a Llano Alto, donde se concentras los jinetes y los vecinos que llegaron en coche para recibir a los caballistas, la bajada se hace todos juntos hasta el santuario para rendir homenaje a la patrona la Virgen del Castañar.
Antes de llegar a la ermita, los alcaldes de La Garganta y de Béjar, Juan González y Luis Francisco Martín, intercambiaron los bastones de mando como gesto de hermanamiento y convivencia. Hay que recordar que La Garganta y Hervás, entre otras poblaciones próximas, perecieron al Ducado de Béjar y también a la provincia de Salamanca. Este gesto honorifico representa el cariño que ambas poblaciones mantienen a pesar de pertenecer, casi dos siglos después a dos provincias distintas.
Tras la Santa Misa, donde la coral de La Garganta interpreto el cancionero popular de fiestas, los devotos se repartieron por las terrazas de los distintos barres y chiringuitos del santuario para intercambiar saludos y degustar las tapas típicas realizadas para el evento.
Con la llegada de la hora de comer cada uno se aproximo a sus meses y mantas extendidas en las explanadas para colocar las viandas y los guisos típicos preparados para la ocasión, sin olvidar la caldereta de cabrito y la leche frita. El alcalde y concejales de La Garganta invitan como es tradición a comer al regidor de Béjar y concejales. Este acto se celebra tradicionalmente en una mesa de piedra próxima al santuario. Una comida que se hace en pequeños corrillos de amigos o familiares, algunos son emigrantes que han regresado al pueblo para celebrar la popular romería.
Una vez terminada la comida campestre se reza el rosario y comienza el regreso a casa, unos en coche y otros a caballo. La despedida es muy emotiva. Los bejaranos acuden a Llano Alto a despedir a los jinetes y sus cabalgaduras, que emprenden un camino de dos horas antes de llegar al pueblo.
Esta tradición se ha intentado declarar en varias ocasiones fiesta de interés turístico regional de Extremadura, pero no se ha podido hacer por celebrarse en territorio bejarano y por lo tanto de Castilla y León. La convivencia no entiende de territorios.
Fray Francisco Yagüe, en su libro Historia de la Imagen de Nuestra Señora del Castañar, cuenta que en el año 1446 la aparición en los monte de Béjar a Joaquín López e Isabel Sánchez, su esposa, naturales de La Garganta, tras una serie de actos y apariciones, describe el fraile, descubrieron la talla de la imagen a los pies de un gran castaño que en varias ocasiones había servido de refugio para los animales del matrimonio.
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