Fernando Sáenz de Miera Pastor.
Béjar, a 11 de abril de 2023
Te puede interesar¡Quisiera… Ser extremeño!Otra Semana Santa, más. Con las tradiciones y todo un despliegue de visitantes, buscando las playas, montañas y las procesiones de pueblos y ciudades, realizan cada año sus encuentros con familiares y amigos. Cada primavera, después de ese oscura travesía de los meses invernales, los ciudadanos ensanchamos pulmones físicos y mentales, hacia una demanda de libertad y de descanso.
Béjar, nuestra bella ciudad de las cinco abejas, se ha visto desbordada a lo largo de toda una semana. Reuniones de familiares y amigos, visitantes turistas, han ido llenando nuestras calles, nuestros restaurantes; vehículos y caravanas han invadido nuestra carretera, desde el norte y por el sur, procedentes de Madrid y de las distintas comunidades de España. Y dando colorido a unos maravillosos días de primavera, han participado en toda una programación de procesiones, sobre todo, con una presencia totalmente multitudinaria, en la presentación teatralizada de “la sentencia”, en unos extraordinarios escenarios de la Plaza San Juan Bosco, Ayuntamiento, Iglesia de Santa María e Instituto Ramón Olleros de la ciudad.
La generación de nuestro siglo XXI, sobre todo los que tenemos el privilegio de tener cierta estabilidad económica y en una nación como nuestra España, podemos tener la satisfacción de poder viajar, ver; donde podemos disfrutar y enriquecernos de otros paisajes, otras montañas, otros pueblos con otras costumbres y formas de vida, distintas a las nuestras. Sin duda alguna, la vida es un viaje, y viajar es vivir dos veces. Las mejores cosas de la vida, son los lugares en los que hemos estado, los recuerdos que hemos vivido. Y ciertamente, se vive una sola vez. Por eso, qué importante es aprender a vivir, aprender a viajar, aprender a sacar el máximo provecho de nuestra corta o larga existencia. Más de una vez, en estas reflexiones cotidianas al aire, para pensar, he comentado, que cada momento tiene su importancia, tiene su satisfacción y la oportunidad de ser feliz o infeliz, con nosotros mismos y con los demás. Y esa manera de pensar, también es viajando; pues cada día, cada momento es un viaje que los seres humanos realizamos, aunque no nos movamos ni de sitio, ni de lugar.
La vorágine de una vida ajetreada, el trabajo agobiante, la excesiva preocupación por detalles menos importantes en nuestras vidas, va dejando sin darnos cuenta huellas a veces de frustración, a veces de descontento, o de desaliento. Y sin darnos cuenta, la costra de una infelicidad nubla nuevos horizontes en nuestra vida cotidiana, convirtiendo cada nuevo día en una rutina con una mochila muy cargada de tristeza.
Te puede interesarManuel López Sánchez-Mora, canónigo-archivero de la catedral de PlasenciaMe gusta observar, ver comportamientos y actitudes que tenemos las personas, los ciudadanos de nuestra ciudad de Béjar y pueblos de alrededor. Tanto a nivel individual, como en los comportamientos en grupo. No solo en la rutina de cada día, sino también sobre todo, en la celebración de fiestas, eventos y tradiciones. Es un ejercicio, que sin duda alguna, es muy enriquecedor, para conocer, comprender y aprender conductas y actuaciones, que a la larga y a la corta nos sirven para tener mayor y mejor capacidad personal de enjuiciamiento y crítica ante las muchas actuaciones de comportamientos sociales de todo un grupo de ciudadanos. Es una manera de ser reflexivo y consecuente con uno mismo. ¿No os parece, amigos y amigas oyentes, que es un buen ejercicio, para practicar? Ciertamente, el símil de un espejo, en este caso puede ser importante. Pues el espejo, siempre nos reflejará comportamientos y actitudes, que unos serán buenos, otros menos malos y otros reprobables. Y siempre podremos hacer un buen ejercicio de comparación, para conseguir que nuestra vida siga la rutina, no de la pasividad y comodidad, sino de mayor aprovechamiento, para continuar por esa vía de un enriquecimiento en valores humanos, sociales, morales y éticos, donde nuestras actitudes, siempre tendrán el camino de la verdadera honestidad y honradez, dentro de una buena educación ciudadana.
El bullicio de la ciudad, seguirá latiendo. La rutina de cada día, seguirá fraccionándose con la llegada de otras fiestas y otros eventos, que cada mes nos tiene preparado el calendario y el año. Béjar siempre será una sorpresa continua, tanto para los que vivimos en ella, como para los muchos visitantes turistas que llegan a disfrutar de su paisaje con el Bosque y sierra, sus tradiciones, costumbres, su teatro, eventos culturales y museos… un patrimonio, que sin duda alguna, tendría que ir siempre acompañado de unos ciudadanos, que puedan seguir haciendo reflexiones cotidianas para que a nivel individual y social, consigamos que a nuestra ciudad, hay que cuidarla en todos los comportamientos rutinarios de nuestra vida cotidiana. ¿No os parece amigos oyentes?