Enrique Julián Fuentes. Ingeniero Forestal
Montehermoso, a 2 de diciembre de 2023
No hay mayor sostenibilidad que la de generar empleo. Esta afirmación, como si de un axioma matemático se tratara, es una evidencia que no requiere justificación.
Extremadura pierde población de forma sangrante y paulatina. En los últimos 4 años, ha visto disminuir su número de habitantes en cerca de 14.000 y mientras que los kilómetros cuadrados de su superficie permanecen inmóviles, su población cae en picado, lo que quiere decir, que la densidad de población es cada día menor (25,30 hab/Km2), suponiendo ya, la cuarta parte de la densidad nacional, cifrada en 95,26 hab/Km2.
La pérdida de habitantes de los últimos años, no hace más que definir la marcha y el estado de regresión de la Comunidad Autónoma en la que vivimos, es decir, deprimida y con un futuro bien incierto por delante, si no le ponemos remedio pronto al problema.
Mientras la población nacional aumenta cada año, la de Extremadura retrocede y este es un asunto vital que conviene analizarse seriamente.
En una comunidad autónoma con el 68% de su superficie, catalogada como forestal, es necesario implementar acciones y acometer proyectos que repercutan en el territorio y en el empleo y por tanto, en la fijación de población.
Con un millón y medio de hectáreas pobladas de dehesas, 500.000 Has. de bosques y 550.000 Has. de pastizales arbolados o desarbolados, no debe obviarse la importancia real que, sobre nuestra Comunidad, representa la superficie forestal y su evidente potencial de crecimiento económico y social.
Con estos datos, tenemos encima de la mesa uno de los retos y oportunidades más importantes para hacer crecer nuestra Región. Las empresas extremeñas del sector forestal gozan de buena salud y ansían contribuir al desarrollo y crecimiento de esta tierra.
Necesitamos madurez en la sociedad y en nuestros responsables políticos, para que doten de un presupuesto acorde con la importancia del sector forestal y que respalde la verdadera necesidad de la gestión del medio natural que nos rodea.
No necesitamos que nuestros gobernantes nos recuerden constantemente que hay que coger más la bicicleta y menos el coche, ni a qué temperatura hay que poner la calefacción o el aire acondicionado para combatir las inclemencias del tiempo, pues eso ya lo sabemos nosotros. Lo que necesitamos es que se pongan en marcha políticas activas y a gran escala, relacionadas con la gestión sostenible de nuestros montes y espacios forestales.
Más plantaciones y repoblaciones forestales en áreas degradadas o abandonadas a su suerte, es decir, tratar de generar nuevos ecosistemas, beneficiosos para nuestra salud y para los hábitats de especies de fauna y flora silvestre que los albergan y albergarán en un futuro.
Necesitamos más cultura en biomasa forestal y menos en gasóleos y combustibles fósiles y por eso, se precisa de mayor superficie apta para la obtención de materia prima y así garantizar el suministro de combustible forestal para las próximas décadas.
Necesitamos más ayudas en investigación forestal que saquen adelante proyectos que puedan materializarse en el territorio y que pongan en valor nuestros recursos naturales, garantizando una gestión más eficiente de los mismos.
Necesitamos invertir en la gestión de espacios verdes y no gastar el presupuesto de los próximos años en cortar los pinos quemados de los últimos incendios. Una política verde que cree empleo estable y profesional y ayude a fijar población al territorio.
Necesitamos proyectos nuevos e ilusionantes sobre nuestro territorio forestal. Proyectos que generen riqueza y aumenten el patrimonio natural de nuestra Región. Queremos escuchar más tractores, motosierras y desbrozadoras en el invierno y menos helicópteros y vehículos de extinción durante el verano. Queremos darle un empujón a nuestra tierra y rentabilizar nuestro patrimonio natural de forma sostenible.
Necesitamos avanzar en materia de agilizar las autorizaciones ambientales. En tiempos de la inteligencia artificial, queremos cumplir con la normativa, pero no podemos esperar 1 año para obtener un permiso por falta de personal técnico que supervise los expedientes. Sobran técnicos cualificados fuera de la administración para hacer ese trabajo, contemos con ellos, pues la administración no se mantiene del aire, sino de los impuestos obtenidos de los rendimientos en el trabajo de los administrados.
Necesitamos también regular y habilitar más espacios para los cambios de cultivo. Esos expedientes que no se aprueban a pesar de generar riqueza y empleo, porque podrían dañar el hábitat de alguna especie silvestre; especie que sale huyendo cuando se queman 3.000 Has de golpe, debido al abandono en la gestión y que después, no encuentra responsable a la destrucción de dicho hábitat, dentro del elenco de firmantes de la desestimación del expediente.
Tenemos talento y ganas de trabajar y eso es más poderoso que el desconocimiento y la falta de empatía de nuestra clase política, que sólo se acuerda de nuestros montes, cuando acude con cara de pena a ver los desastres de un gran incendio que, sin duda, pudo haberse evitado.
Tenemos una gran oportunidad por delante y estamos deseando formar parte de algo muy grande para nuestra profesión y para nuestra tierra.