Por: Fernando Sáenz de Miera Pastor.
Béjar, a 9 de enero de 2024
Ya se han despedido estas Navidades del año 2023, y damos la bienvenida al nuevo 2024. Y como han llegado se han ido con las fiestas, emociones, tradiciones, recuerdos de infancia y nostalgias de tiempos pasados. Y ahora, volvemos a la rutina de siempre, a la rutina de todos los días, con los agobios o alegrías del nuevo año, donde la vorágine de nuevos impuestos o nuevas subidas inquietan nuestra vida y tal vez menguan nuestros estados de ánimo. “Año nuevo, vida nueva”. Como si fuera tan fácil interpretar esta filosofía.
Mientras tanto, en Béjar, los ciudadanos de ayer y de hoy, seguimos viviendo infinidad de eventualidades y de acontecimientos de todo tipo.
Te puede interesarAquellos niños de Béjar en los años 50 y 60Hay ciertos acontecimientos políticos, que desde hace unos meses me llaman la atención, y de alguna manera me preocupan, como ciudadano con cierto cariño a Béjar y a muchos amigos bejaranos. Desde las elecciones políticas del mes de mayo, tal vez hayan existido algunas actuaciones poco acertadas en el devenir político de nuestra ciudad. Cierto. Pero que esto esté sirviendo de ensañamiento por parte de algún medio de comunicación, alentado con cierta revancha política, es algo que no acierto a comprender. Sobre todo porque observo, y me da pena ver el desconcierto que los ciudadanos están teniendo y padeciendo. Observar, que cualquier actuación de los gobernantes actuales, está en el punto de mira de cualquier crítica más negativa y destructiva. Y ante esto, desde mis reflexiones cotidianas al aire, no dejo de hacerme preguntas. ¿La política, los políticos, no están al servicio de los ciudadanos? ¿Acaso, son válidas y coherentes estas críticas de acoso y derribo, en vez de trabajar juntos en un Ayuntamiento por los ciudadanos, lo que interesa a todos los bejaranos?
No quisiera polemizar en estas críticas que desde hace tiempo se están realizando en nuestra ciudad. Como tampoco inclinar la balanza desde una posición de ideología de uno u otro partido. Tan solo dejar en el aire unas reflexiones en busca de consenso o entendimiento. Y desde la mentira, desde la verdad, desde la malicia de la crítica por la crítica, sin aportar positivamente un trabajo en común y con humildad, no se puede hacer nada, para que la Ciudad de Béjar, con sus ciudadanos, deje ese pesimismo y esa desilusión, que desde los mismos políticos se les está creando.
Es triste comprobar que ciertos políticos, que ciertos medios de comunicación, que ciertas redes sociales, todavía no han aprendido una verdad, tan simple y de tan sentido común: antes o después las mentiras se acaban pagando.
Leyendo el libro “Filosofía vulgar” de Andrés Amorós, me encuentro estas frases: “El mentir pide memoria”. “Mentiroso sin memoria, pierde el hilo de la historia”. “La verdad permanece, la mentira perece”. Y Sócrates, decía: “La mejor manera de vivir con honor, es ser lo que aparentamos”
Te puede interesarOjo al campoSin duda alguna, de cada una de estas frases, podríamos sacar infinidad de conclusiones, adaptadas a los acontecimientos que desde hace meses vivimos en Béjar. Tan solo me quedo con una única reflexión personal: “La memoria, la verdad de nuestros juicios positivos y justos, siempre será la mejor manera de solucionar y encauzar errores de los demás a nivel personal, a nivel social, a nivel político…”